Víspera de la Independencia
De niño, una noche de faroles me cambió para siempre. Aquel brillo vuelve cada año; aquí cuento por qué celebramos… y, al final, por qué ese 14 de setiembre marcó mi vida.
¿Qué celebramos a las 6:00 p. m.?
En todo el país, el 14 de setiembre a las 6:00 p. m. se entona el Himno Nacional y arrancan los desfiles de faroles. Es una tradición escolar y familiar que rememora la vigilia de la independencia de 1821 y busca inculcar, desde niñas y niños, el amor por la patria y la vida cívica.
Nota práctica: si acompañás a menores, procurá faroles ligeros, luces LED o velas seguras, y ropa con elementos reflectivos si hay lluvia o poca luz.
La Antorcha de la Libertad
La Antorcha de la Libertad entra por Peñas Blancas y recorre el país hacia Cartago en relevos estudiantiles. Más que una carrera, es un símbolo de unión: comunidades que se organizan para recibir la llama, actos cívicos en parques y colegios, y el mensaje de que la independencia se custodia día a día.
¿Qué hace el MEP para que todo salga bien?
El MEP coordina con municipalidades y cuerpos de primera respuesta (Tránsito, Fuerza Pública, Cruz Roja y Bomberos) la ruta, los horarios y la seguridad de estudiantes y público. También promueve que las comunidades celebren en paz, con recomendaciones de vestimenta, hidratación y orden durante el recorrido, y respalda la organización de los actos cívicos y la entonación del Himno a las seis en punto.
Mi farol con papá (1967)
Tenía 8 años y mi papá ya contaba seis hijos. Aquel 14 de setiembre de 1967 hizo algo especial para mí: fuimos solos al desfile de faroles. Tal vez era la primera vez que estaba solo con él; y, teniendo tantos hermanos, imagino que para él también fue un momento único: atender a un hijo, solo a uno, bajo la lluvia.
Hoy, 14 de setiembre de 2025, llueve en Ciudad Quesada y, aunque papá falleció hace 24 años, vive en mi recuerdo. Como también llovía entonces, después del desfile pasamos a la casa de una tía abuela a quien yo no conocía, a 125 metros del Monumento Nacional. Mi tía Griselta me recibió con un cariño enorme; yo, fascinado, escuchaba cómo esa pariente —recién descubierta— hablaba tan bonito de mí.
Entre el papel húmedo del farol y las notas del Himno, entendí que la patria también se construye con gestos íntimos: un padre que aparta tiempo para su hijo; una tía que te nombra con afecto; una ciudad que te abraza bajo la lluvia. Por eso, cada 14, al encender la luz del farol, vuelvo a caminar con papá.
Para encender este 14
Llevemos faroles con seguridad, cantemos el Himno a las seis en punto y cuidemos a quienes marchan a nuestro lado. La independencia no es un recuerdo lejano: es una tarea compartida, hecha de pequeñas luces que, juntas, iluminan el país.
Publicado el 14 de setiembre de 2025.