Soy un hombre profundamente agradecido con Dios, fuente de todas las bendiciones en mi vida. Felizmente casado con Livia Cristina, mi compañera de camino, quien ha sido mi apoyo incondicional y mi mayor bendición. Padre orgulloso de cuatro varones y una mujer, y abuelo dichoso de cinco nietos y cuatro nietas, quienes son mi alegría y motivación diaria.
Soy el cuarto hijo de una familia numerosa y unida, con tres hermanas y tres hermanos, donde aprendí el verdadero valor del amor y el apoyo mutuo que solo una familia puede brindar.
A lo largo de mi vida profesional, he sido un programador y experto en bases de datos, dedicándome al desarrollo de soluciones de software a través de mi empresa, Software Inteligente. Con cada proyecto, he buscado no solo resolver problemas, sino también aportar valor y eficiencia a quienes confían en mi trabajo. También tuve la oportunidad de ser profesor, una experiencia que me permitió compartir mi conocimiento y, al mismo tiempo, mantenerme al día en un campo tan dinámico como el de la tecnología.
Siempre me he identificado como un aprendiz de programación, porque creo firmemente que cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo. A mis 65 años, en vísperas de mi jubilación, sigo emocionado por lo que queda por descubrir y agradecido por las puertas que Dios ha abierto a lo largo de mi camino.
Digo con frecuencia que mi vida en la programación ha sido "a brincos y a saltos", porque cada reto ha requerido esfuerzo y dedicación, pero siempre me ha acercado a nuevas bendiciones y aprendizajes.
"Soy esposo, padre, abuelo, programador y aprendiz… pero, sobre todo, soy alguien que confía en Dios y valora las bendiciones que Él ha derramado sobre mi vida y mi familia."