25 de diciembre - Navidad: Solemnidad del Nacimiento del Señor
La solemnidad de la Navidad es el punto culminante de la espera del Adviento, el momento en que el misterio de la Encarnación de Cristo se celebra con alegría y solemnidad. Es el día en que el Verbo eterno de Dios, Jesucristo, asume nuestra humanidad para redimirnos y elevarnos a la vida divina. Este misterio transforma profundamente nuestra comprensión de la dignidad humana y de nuestra relación con Dios.
Comentario de San León Magno
San León Magno, en su Sermón 1 sobre la Natividad, nos invita a reflexionar sobre la grandeza del don recibido en la Navidad. Él escribe:
"Reconoce, oh cristiano, tu dignidad. Puesto que ahora compartes la naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua vileza por un modo de vida indigno. Recuerda de qué Cabeza y de qué Cuerpo eres miembro."
En estas palabras, el Papa León:
- Exalta la dignidad del cristiano: En Cristo, la naturaleza humana se une íntimamente con la divina. Esto no solo nos redime del pecado, sino que también nos eleva a una participación en la vida divina (CIC 460). Al celebrar la Navidad, reconocemos esta realidad: Dios no se mantuvo distante, sino que asumió nuestra carne para hacernos partícipes de su gloria.
- Llama a la conversión: La Encarnación es una invitación a dejar atrás la vida de pecado y vivir conforme a nuestra dignidad como hijos de Dios. Navidad no es solo un acontecimiento histórico, sino un llamado constante a transformar nuestra vida.
- Nos conecta con la Iglesia: Al decir "recuerda de qué Cabeza y de qué Cuerpo eres miembro", nos recuerda que Cristo es la Cabeza y nosotros somos miembros de su Cuerpo, la Iglesia. La Navidad celebra este lazo profundo que une a Cristo con su pueblo.
El significado de la Encarnación
La Navidad celebra el cumplimiento de las palabras de San Juan:
"Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14).
Este misterio tiene profundas implicaciones:
- Dios con nosotros (Emmanuel): En la Encarnación, Dios entra en la historia humana, compartiendo nuestra fragilidad para sanarla y redimirla.
- Unión de lo humano y lo divino: En Cristo, la naturaleza humana es asumida, no absorbida (CIC 470). Esto eleva nuestra humanidad y le confiere una dignidad incomparable.
- Fuente de alegría y esperanza: La Navidad no solo celebra el nacimiento de Jesús, sino la promesa de salvación y la apertura del camino a la vida eterna.
Maneras de vivir este día
- Adoración y agradecimiento: Participar en la Eucaristía, que hace presente el mismo misterio del Verbo hecho carne.
- Meditación en el Misterio de la Encarnación: Reflexionar sobre cómo Dios ha entrado en nuestra vida cotidiana.
- ¿Cómo este misterio afecta mi forma de vivir y tratar a los demás?
- ¿Reconozco mi dignidad como hijo(a) de Dios?
- Prácticas concretas:
- Mostrar amor y caridad hacia los demás, especialmente hacia los más necesitados.
- Fomentar la unión familiar y la oración en el hogar.
Oración para este día
"Señor Jesús, nacido en la humildad de un pesebre, enséñame a reconocer mi dignidad como hijo(a) de Dios. Ayúdame a vivir conforme a tu ejemplo de humildad, amor y servicio. Que en este día de tu nacimiento, mi corazón sea un lugar digno para ti. Amén."
La Navidad es el recordatorio de que Dios nos amó tanto que quiso hacerse uno con nosotros. Vivamos este día con la alegría y gratitud que este misterio merece. ¡Feliz Navidad!
Esta es el primer dia de la OCTAVA DE NAVIDAD